Vamos a hablar de dos conceptos que son clave para entender cómo se manejan los proyectos: el carácter de proceso y el carácter de ciclo. Suenan un poco técnicos, pero en realidad son super prácticos y te ayudan a no perderte cuando estás trabajando en algo, ya sea un proyecto chiquito o uno enorme.

El carácter de proceso:

Imagina que estás armando un mueble de esos que vienen con instrucciones. No puedes empezar por el final o saltarte pasos, ¿verdad? Necesitas seguir un orden: primero las patas, luego los estantes, y al final los detalles. Eso es el carácter de proceso: hacer las cosas en un orden lógico y bien planificado.

En la gestión de proyectos, encontrarás una series de etapas a seguir:

1.Iniciación:Aquí defines qué vas a hacer y para qué. Es como decidir qué mueble vas a armar.

2. Planificación:Piensas en los materiales que necesitas, el tiempo que te va a tomar y los pasos a seguir.

3.Ejecución:Te pones manos a la obra y haces lo que planeaste.

4.Control:Vas revisando que todo salga bien, como asegurarte de que las piezas encajen correctamente.

5.Cierre:Terminas el proyecto, lo entregas y ves qué salió bien y qué podrías mejorar.

En pocas palabras se podría decir que el carácter de proceso es como tener un GPS que te guía para no perderte en el camino.

El carácter de ciclo:

Usaré el ejemplo anterior, estás aprendiendo a armar muebles. La primera vez, puede que te equivoques en algo, pero con cada intento vas mejorando. Eso es el carácter de ciclo: no es algo rígido, sino que se va ajustando y mejorando con el tiempo.

En los proyectos, esto significa que no siempre todo sale como lo planeaste. A veces hay imprevistos, cambios o cosas que no funcionan. Por eso, el carácter de ciclo te permite revisar, corregir y mejorar sobre la marcha.

Es como decir: "Oye, esto no salió tan bien, ¿cómo lo hacemos mejor la próxima vez?" Así, el proyecto va evolucionando y adaptándose a lo que se necesita.

¿Cómo se complementan?

El carácter de proceso te da la estructura y el orden, mientras que el carácter de ciclo te da la flexibilidad para adaptarte y mejorar. Juntos, son como el yin y el yang de la gestión de proyectos: uno te mantiene en el camino y el otro te permite ajustar el rumbo cuando sea necesario.

En resumen, el carácter de proceso es como seguir una receta: todo en orden y paso a paso. Mientras que, el carácter de ciclo es como aprender de tus errores y mejorar sobre la marcha. Juntos, te ayudan a manejar proyectos de manera eficiente, sin perder el rumbo pero siendo flexible.